rompe el silencio,
amado de mis sueños
y cae en mi pecho y recorre con tu lengua
las curvas de mi cuerpo......

cierra los ojos que mis labios ya posan en los tuyos y
abre la palma de tus manos para entrelazarlas con las mías
y si te es posible...
solo si el aire se ha escapado,
vuelve a mi boca...

te quiero...

Y hoy vuelven a mi los recuerdos de tu cuerpo que yacía sobre el mio
que se lamentaba por la sangre derramada
tu y los profetas murmuraban su muerte que con manos frías agarraban sus rostros 
y mi aspecto cada vez peor delataba la apuñalada en la espalda de un amor que descanso sobre tierra húmeda manchada de sangre 
y el amor se esfumo cogida de la mano de la muerte
tus ojos dejaron de ser inquietos y tu piel se torno pálida...

yo, tiritaba del frió,del miedo, y la soledad inundaba el campo de guerra en el que me encontraba sola 
entre cuerpos ya muertos, junto a mi una granada y encima mio el cuerpo de mi amado...

la noche siguió su curso y las lágrimas se secaron en la arena 
y los gritos ensordecieron mi cabeza mientras un esfuerzo absurdo atragantaba las palabras 
de ayuda...

y con la desesperación que apoderaba mi cuerpo 
me arrastre manchando mi rostro, mis manos de sangre
y en un impulso estire mi brazo y gire la cabecilla, la pequeña cabecilla 
de la granada que por tantas horas me acompaño..
basto parpadear dos veces y los pedazos volaron 
hacia ti,muerte deseada....

Un día en la penumbra te enamoras de tu amor imposible.
Una breve charla, si acaso una mirada, una sonrisa leve,
un levísimo guiño inolvidable
y cae el azul entero de cielo sobre tu alma
y desfalleces de la dicha,
llueve la luz en tus adentros.
Sabes que es un amor imposible.
Sabes que no hay manera de cruzar una vida con la otra,
que, acaso, fue una fortuna que un día tocaras a tu amor imposible
pero también sabes que es imposible tu amor,
que no lo verás más,
que el amor que le tienes a tu amor imposible
no necesita a tu amor imposible,
que amas a una quimera que un día se encarnó debajo de la piel
más lejana y que más amas.


LIBRO CANTAR POR CANTAR, Darío Jaramillo Agudelo

Humo que se desvanece en mi rostro
mientras las lágrimas se esparcen silenciosas por mis mejillas...
De nuevo la soledad y el vacío, el vino amargo, la tristeza...
Sabes que te amo y de nuevo me hieres,
mi corazón no aguanta más remiendos.

Sigues siendo la duda de un comienzo, la incertidumbre,
la confusión en mi vida, no sé si habrá un "de nuevo"...

Sólo espero...

En la marea de las paginas en tinta 
tu recuerdo se acentúa en mi alma 
que teñida de sangre guarda 
el secreto de un amor. 

cuanto te quiero... 

de que manera... 

Las copas sobre la mesa reflejan la tristeza de tu ausencia
el aroma a tabaco se penetra en mi corazón y
con el denso humo escribe un poema de amor.