lunes, 28 de mayo de 2012

Flor en primavera

Llegada la flor a su madurez
la contempla el poeta sin poderla tocar:
en sueños sus pétalos acaricia
y su tallo contra el cuerpo aprieta
son noches de deseo ardiente
donde la excitación arranca gemidos
y el aroma primaveral se volatiliza.

Pero en vigilia no hay cercanía
sólo expectación y ansiedad vivida
el poeta se muerde los labios
y con desconsuelo despiadadamente
bebe su propia sangre.

La flor se mece, el viento la rapta
y el poeta muere ausente
de la amada liberada
se secan sus ojos como seca está su alma
sólo el hilo de sangre
aún alimenta su desamor y le calma
mientras su corazón se detiene
aferrado al recuerdo de la extraña flor
que acompañó su vida ahora cegada.

1 comentario:

  1. Sabes que siempre estaré para ti...
    Ahora guardo silencio, pero cuando te decidas, volveremos a juntar nuestros deseos extraños,
    en el secreto encuentro de dos seres que "no son nada"

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